Wikipedia

Resultados de la búsqueda

Bienvenidos

En el blog podrán leer, opinar y criticar trabajos de investigación en materia de Ciencia Política y de Política Internacional.
Las palabras que definen esta página son:
Libertad, Consenso, Diálogo, Transparencia, Paz, Solidaridad


Entradas populares

Blog: Archivos

marzo 28, 2007

POLITICA INTERNACIONAL: CONCEPTOS

1.- Política Internacional. Su diferencia con la política exterior: La política internacional es el resultado de la suma de las políticas exteriores de los diferentes Estados, la cual marca la pauta del manejo de las relaciones entre Estados dentro del sistema internacional. Empero, los países no son los únicos actores en la política "internacional" -por eso es preferible llamarle política "mundial". Laviña y Baldomir (1983: 121) definen a la política exterior como:
“La acción desarrollada por cada Estado en el plano internacional,... tanto... la acción cumplida frente a un Estado como la cumplida frente a varios o todos los demás Estados, organismos internacionales y demás actores de la política internacional; manifestando que debe diferenciarse, como tal, de otra noción, la de política internacional, puesto que ésta última comprende al conjunto de las políticas exteriores de todos los Estados. Cada una de ellas, individualmente, es sólo una parte de aquélla.” Calduch Cervera (1993:4) ofrece una definición más exhaustiva al conceptuar a la política exterior como: “aquella parte de la política general formada por el conjunto de actores y decisiones mediante las cuales se definen los objetivos y se utilizan los medios de un Estado para generar, modificar o suspender sus relaciones con otros actores de la sociedad internacional.”
Crecientemente la política exterior de los países se extiende más allá de sus relaciones con otros actores estatales, teniendo interacciones con diferentes actores internacionales, incluyendo organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales, corporaciones multinacionales, actores transnacionales, alianzas y organizaciones regionales, entre otros. La política exterior también incluye las herramientas o medios que un país emplea para alcanzar sus objetivos internacionales. La política exterior y la política interna han sido tradicionalmente diferenciadas, por quienes creen que se trata de asuntos diversos; aunque se encuentran íntimamente entrelazadas y, dependiendo de la potencialidad del Estado y de las alianzas establecidas, la interna puede proyectarse en la exterior, o ser la internacional la que condicione a la interna, y la externa ser simplemente una manera de "defenderse" o dar respuesta a los "impactos internacionales".
Las relaciones mundiales se han "privatizado" ya que, además de las relaciones de Estado a Estado y de gobierno a gobierno se dan, crecientemente con y entre actores transnacionales. El Océano Pacífico ha pasado a ser el eje central de relacionamiento, en vez del Atlántico, que fue el eje histórico. América Latina, que tiene energía, alimentos, productos estratégicos y no estratégicos, carece de conocimiento suficiente y de políticas de Estado para direccionarse e insertarse más acabadamente en el nuevo contexto mundial.
1.1.- Actores contemporáneos de la política internacional: Paul Kennedy (2006) señala que tanto a estadounidenses como británicos, les resultaba más simple la Guerra Fría que entender la realidad mundial de comienzos del siglo XXI, donde se ha producido el aumento de capacidad de ciertos actores para producir poderío nuclear.[1] Además existe un gran peligro encarnado en actores no estatales, como lo es el terrorismo internacional[2].Los actores que han emergido pueden ser clasificados en cuatro grupos que se superponen y confunden:
a) Los insurgentes: comprometidos con una lucha militar y política prolongada, cuyo objetivo es debilitar o destruir el poder y la legitimidad del gobierno establecido.
b) Los terroristas: siembran deliberadamente el miedo empleando o amenazando con formas proscritas de violencia para alcanzar objetivos políticos.
c) Las milicias: se trata de fuerzas armadas irregulares fácilmente identificables que operan en zonas sin gobernanza o en un Estado débil o fallido.
d) Las organizaciones criminales internacionales: grupos caracterizados por su cohesión interna, que se dedican a una o varias empresas criminales y actúan atravesando fronteras y regiones (Farah, 2006)[3]

El 11-S debe ser entendido como el inicio de una “yihad” mundial del Islam contra Occidente y los infieles, no tan solo como una acción aislada de pretenso castigo contra el imperialismo norteamericano. Se trata además de una guerra que es paralelamente de nuevo y de antiguo tipo, ya que los instrumentos deletéreos esgrimidos fusionan el habitual recurso de los explosivos, propio de las organizaciones terroristas, con un novedoso manejo de los medios de transporte civiles como forma de provocar muertes en masa (aviones, trenes y autobuses convertidos en portadores de la destrucción). Juntamente, desde el punto de vista ideológico el terrorismo se coloca en el pasado, anunciando su plan de aniquilación del modo de vida occidental “que es percibido como una reproducción de la ignorancia primordial de los “paganos” mequíes en el siglo VII, adversarios finalmente derrotados por Mahoma” (Elorza, 2005). Posmodernidad y arcaísmo se presentan unidos recurrentemente en el terrorismo islámico de al-Qaeda, lo cual hace particularmente difícil la comprensión del fenómeno. El contexto propicia la confusión, con una política exterior de la principal potencia occidental, que parece obstinada en proporcionar al terror, las justificaciones y los argumentos tendientes a amplificar al extremo su impacto sobre la opinión pública de los países musulmanes.
Ahora bien, el modo de llevar a la práctica los atentados terroristas, tiene en miras difundir una inseguridad generalizada en Occidente y de reclutar creyentes en masa, convirtiéndolos en fervorosos combatientes contra el mundo occidental judeo-cristiano (Elorza, 2005). Las nuevas organizaciones terroristas trasnacionales, a diferencia del terrorismo clásico, no se limitan a acometer un objetivo determinado, sino que persiguen la destrucción de la civilización occidental en su conjunto. Esto hace que sus atentados no intenten causar sólo un efecto psicológico, sino que procuran causar el mayor grado de destrucción y muerte posible. (Cosidó, 2004) La amenaza polimórfica del al-Qaedismo supone una amenaza estratégica para Europa, que subraya específicamente el problema de la integración social y la “guetoización” en las principales capitales europeas (Ranstorp, 2005).
Por su parte, la proliferación de ADM no es sólo una amenaza en tanto que puedan ser obtenidas por grupos terroristas o transferidas a ellos por Estados delincuentes. Son asimismo, una amenaza en manos de Estados totalitarios que pretendan amedrentar o extorsionar a los Estados democráticos para lograr su supervivencia, para agredir impunemente a sus vecinos, o para hacer prevalecer sus intereses frente al resto de la comunidad internacional. (Cosidó, 2004)
Richard Bernstein (2006) señala que el gobierno de Bush practica una política del miedo y que el enemigo no es mas un superpoder que se presume está amenazando a EUA. Luego de la Guerra Fría tuvo que inventarse un nuevo enemigo, el cual es hoy la ficción de un “terror globalizado”. Pero, en realidad ese no es el enemigo, sino una colección de diversas tácticas usadas para una diversidad de objetivos. Defiende el autor la necesidad de un “falibilismo pragmático”, es decir una mentalidad que incluya el antiescepticismo -la duda requerirá tanto de justificación como de creencia- y falibilismo -nunca podrá tener una garantía metafísica de que una creencia no necesitará jamás ser revisada-.
Roberto Espósito, por su parte, sostiene que el mundo se está volviendo cada vez más, un campo unificado por una sola amenaza, cual es el terrorismo y la tendencia imperialista de ciertos Estados. El fundamentalismo islámico busca defenderse de la secularización occidental -la occidentalización- y por otra parte, Occidente no quiere dar nada de sí al resto que sufre hambre. Ambos sistemas chocaron y “hay una suerte de infarto del mundo”. Refiere que la dicotomía entre Islam y el mundo occidental tiende a reemplazar la división bipolar que desapareció con la caída del régimen soviético, pero señala que en esa analogía hay una diferencia: “el enfrentamiento comunismo-liberalismo era un enfrentamiento de ideologías, pero, sobre todo de sistemas económicos; el enfrentamiento entre el mundo occidental y el Islam es… de tipo más cultural que económico. Se enfrentan dos modelos de vida, dos concepciones del mundo… dos teologías contrapuestas” (Espósito, 2007:9).
1.1.1 Concepto de Terrorismo[4]: Entendemos por terrorismo al uso calculado de la violencia o la amenaza del uso de la violencia para alcanzar objetivos ideológicos o religiosos a través de la intimidación, la coerción y el miedo (Chomsky, 2004: 35). La definición más ampliamente aceptada es aquella ofrecida por Yonah Alexander (en Prabha, 2000), quien define al terrorismo como: “el uso de la violencia contra blancos civiles para intimidar o crear un miedo generalizado con el propósito de lograr objetivos políticos.” Para Michael Walzer, es el asesinato deliberado de gente inocente, al azar, con el fin de propagar el miedo entre toda una población y de forzar la mano de sus líderes políticos. Pero aclara, que éste es un axioma que se relaciona mejor con el terrorismo de liberación nacional o al movimiento revolucionario (IRA, Frente Argelino de Liberación Nacional -FLN-, OLP, ETA, etc.) El elemento común de todo terrorismo, es la población no combatiente -tanto en el sentido militar como en el político- que sirve como objetivo: no soldados ni funcionarios públicos tampoco, sí la gente ordinaria, la cual no será asesinada incidentalmente en el curso de acciones dirigidas hacia otra parte: se la mata adrede (Walzer, 2002).
El terrorismo es determinado por Kshitij Prabha (2000) como un acto o una amenaza de impacto de violencia táctica por parte de un grupo de individuos entrenados que tienen vínculos internacionales, para lograr objetivos políticos. Este grupo puede ser subvencionado por agencias estatales y no estatales. Según Brian Jenkins (1975), implica "un uso de la violencia o de la amenaza de la violencia a fin de inculcar miedo; se propone forzar o intimidar a gobiernos o a sociedades en la búsqueda de las metas que son generalmente políticas, religiosas o ideológicas".
Walzer (2004) sostiene que el terrorismo “es una práctica indefendible”, al ser esta dirigida indiscriminadamente contra la clase en su conjunto con el crudo objetivo de “matar a unas personas para aterrorizar a otras” (Ibíd., 2004:71). Sugiere que las tres claves para entender al terrorismo, son: su carácter aleatorio, degradante y atemorizador.
De acuerdo con la Resolución 1269 del Consejo de Seguridad:
“un acto terrorista es cualquier acto destinado a causar la muerte o lesiones corporales graves a un civil o cualquier otra persona que no participe directamente en las hostilidades en una situación de conflicto armado, cuando, el propósito de dicho acto, por su naturaleza ó contexto, sea intimidar a una población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo” (http://www.un.org/spanish/terrorismo/tratados/terrorismo.html ).

Seguidamente identificamos las características específicas de lo que el “nuevo terrorismo” tiene a su alcance:
a) La plantación sumamente cuidadosa del atentado, ya que buscan afectar a una gran parte de la población con una sola acción.
b) La infiltración en la vida diaria y el tan vasto conocimiento que tienen del enemigo.
c) Las ADM se encuentran al alcance de los Grupos Terroristas, por lo que la amenaza se hace latente.
d) Actualmente hay redes entre grupos terroristas que traspasan las fronteras de los Estados y esto es lo que hace más difícil la captura de los líderes o militantes.
e) La desterritorialización de la acción terrorista, es decir, que el empleo de la violencia ha desistido de la ocupación del territorio como uno de sus fines.
f) La selección meticulosa de aquellos individuos que realizaran el acto terrorista.
g) Al momento de infundir terror y pánico con violencia se aseguran de transmitir su mensaje y de contar con un medio de difusión masiva para hacerlo, como la televisión e Internet.

Desde el 11-S EUA ha generado el mismo terror que constituye la principal arma del terrorismo. Apuntan a instaurar un Imperio del Miedo hostil a la libertad y la seguridad, más temible que el que pudiesen concebir los propios terroristas. (Barber, 2005: 15 y 17). El terrorismo, del que el miedo es su instrumento y catalizador, es la nueva forma global de anarquía (Ibíd.: 22 y 30), que semeja un despliegue de poderío brutal, aunque en realidad es una estrategia de terror más que una fuerza real, una estrategia de debilidad más que de fortaleza (Ibíd. , 2005: 23). Martín Alonso, refiere que: “el 11 de septiembre, no hubiera existido sin la cultura vigente el 10 de septiembre. No es el terrorismo el que amenaza militarmente la supervivencia occidental, sino la cultura de racionalización y contextualización ad nauseam que lo acompaña y amplifica su potencia geométricamente” (Alonso, 2006:176).
Algunos opinan que se trata de un fenómeno "nuevo", o al menos que el terrorismo adquirió "nuevas" particularidades tras el final la Guerra Fría. Otros sostienen que se trata de una revitalización del mismo fenómeno, en tanto que Bruce Hoffmann (2001), sostiene que el terrorismo que existió hasta la década del 90 era siempre identificable, con una organización o una entidad de existencia real. Ahora la situación es diferente, con gente que trabaja free lance.
1.1.1.1.- Variantes actuales del terrorismo: Los expertos reconocen por lo menos a cinco tipos de terrorismo tradicionales discriminados según su finalidad: el nacionalista, el ideológico, el religioso, de guerra y terrorismo de Estado. La ETA o el IRA son movimientos que buscan una independencia nacional, pese a que también ambos manejaron un discurso político emparentado ideológicamente con la izquierda. Sus objetivos son limitados; ninguno de ellos, ha utilizado la estrategia del ataque suicida, método que le es propio únicamente a los movimientos de orientación islámica. Las FARC en Colombia, encarnan el terrorismo ideológico, ya que nacieron en 1964 como uno de los tantos movimientos guerrilleros de la época y, a pesar que políticamente su discurso se desgastó, mantienen una línea de izquierda radical y aspiran al poder.
El terrorismo de Estado es empleado por gobiernos autoritarios y totalitarios contra su propia gente, para extender el miedo y hacer imposible la oposición política: las "desapariciones" argentinas son un ejemplo útil (Walzer, 2002). En estos casos, toda la maquinaria estatal se vuelca a oprimir a sus ciudadanos en busca de obligarlos a un lineamiento ideológico y ético determinado. El terrorismo religioso, emplea básicamente una motivación religiosa. Es el movimiento más global, puesto que estaría dispuesto a atacar en cualquier parte del mundo. La red Al-Qaeda, es un claro modelo de este tipo de terrorismo.[5] El Comité de Lucha contra el Terrorismo de la ONU -creado un mes después del 11-S-[6] estima que la red Al-Qaeda posee casi 1000 miembros que estarían dispuestos a perpetrar un ataque suicida (Comité de Lucha contra el Terrorismo, 2003).
También podrían entrar en la categoría de terrorismo religioso el grupo Hamas o los movimientos separatistas en Chechenia, Indonesia o Filipinas. Es aquí donde la clasificación claudica, puesto que estos grupos también sostienen un interés nacional y/o ideológico. Es este tipo de terrorismo, de presencia global, el que ocasiona más miedo y al que la "Guerra contra el Terror" ha enfrentado con más denuedo. Walzer (2002) incluye también al terrorismo de guerra: la empresa de asesinar civiles en cantidades tales que su gobierno quede obligado a rendirse (Hiroshima es el caso clásico).
Desde el último cuarto del siglo XX se pueden incluir dos formas novedosas de terrorismo: el narcoterrorismo y el ecoterrorismo. El primero, término introducido por el presidente de Perú Belaúnde Terry en 1983, se concibe como la cooperación y alianza estratégica entre mafias del narcotráfico y guerrillas u otros grupos de insurgencia armada. Napoleoni lo define como: “Uso de las táctica del terror de los narcotraficantes y de los capos de la droga para proteger sus negocios ilegales. También describe la alianza entre los señores de la droga y las organizaciones armadas. Ambos tienen intereses en la desestabilización los gobiernos y la subversión del orden social establecido” (Napoleoni, 2003: 229). Ambos utilizan organizaciones de fachada, tales como negocios legales u obras de caridad (Schmid, 2005).
Mientras que el ecoterrorismo, es un neologismo controversial utillizado para describir las amenazas o los actos de violencia contra personas, el sabotaje, el boicot, el vandalismo, los daños a la propiedad y toda intimidación cometida a nombre de la ecología (como impedir o disminuir ciertas explotaciones forestales o el uso de tierras vírgenes para fines recreativos) o en defensa de los animales. A diferencia de otros terrorismos, cuyo objetivo suele ser destruir vidas humanas, los ecoterroristas se concentran por ahora en causar daños materiales. Chalecki (2002:3) diferencia al ecoterrorismo del terrorismo ambiental. Al primero, lo conceptúa como: “la destrucción violenta de la propiedad perpetrada por las alas radicales de los grupos ambientalistas en nombre de la seguridad del ambiente, contra la invasión y la destrucción humana. “ Respecto del segundo, lo define como “el uso ilegal de la fuerza contra recursos ambientales in situ para privar a las poblaciones de sus beneficios y/o destruir otra propiedad”
Vandana Shiva (2006), Michel Chossudovsky (2001) y Edward S. Herman (2001), entre otros autores incorporan a la clasificación el terrorismo económico que se produce como consecuencia de las políticas económicas del FMI, la corrupción de los sistemas financieros y las políticas de las transnacionales, que empujan a los pueblos hacia la pobreza y la hambruna. Más recientes aún, son las nuevas formas que se esgrimen: ciberterrorismo: al que entendemos como “la forma de terrorismo que utiliza las tecnologías de información para intimidar, coercionar o para causar daños a grupos sociales con fines políticos-religiosos” (Orta Martínez, 2005); y bioterrorismo: es el empleo criminal de microorganismos patógenos, toxinas o sustancias dañinas con el propósito de generar enfermedad o muerte, en humanos, animales o plantas con el objetivo de intimidar a gobiernos y sociedades en beneficio de causas ideológicas particulares (Franco Paredes y Rodríguez Morales, 2004: 31).
1.2.- La Guerra Preventiva: La doctrina Bush de la "Guerra Preventiva" y la postura ante el terrorismo, se halla cimentada en el Project for the New American Century - PNAC, que se organizó en 1997 por un grupo de estrategas neoconservadores con el fin de "concentrar los esfuerzos para el liderazgo global Estadounidense"(http://www.newamericancentury.org). Aglutina y unifica la política internacional histórica de EUA; recoge la doctrina Monroe en el ALCA y sus variantes mas agresivas en el Plan Colombia; pero también reedita el Destino Manifiesto a llevar libertad y democracia a todo el planeta; al mismo tiempo que expande las fronteras de la política de Truman, Nixon y Reagan de intervención armada; y recobrando la política de Kennedy de "Alianza para el Progreso" propugna el apoyo irrestricto al FMI, BID, OMC y BM. Añade como elemento novedoso la incorporación del miedo como excusa para atacar preventivamente.
Lindsay y Daalder (2004) sostienen: “La administración Bush, abandonando la cautelosa política exterior de Bill Clinton, se mueve en un esquema teórico de posguerra fría, convirtiendo a los adversarios en enemigos y menospreciando el poder que ostentan. La ambigüedad estratégica que reclama como una sabia conducta frente a China parece ser sólo ambigua y arrogante. Los votos que han expulsado a EUA de las comisiones de Derechos Humanos y Control del Narcotráfico de la ONU, gracias a la UE, condenaron la negativa norteamericana a la formación de una Corte Penal Internacional y a suscribir el Tratado de Kyoto. La respuesta global parecer ser la reedición de la Iniciativa de Defensa Estratégica o Escudo Antimisiles, un claro esquema de guerra fría en un contexto de paz caliente, prerrequisito de un escenario de guerra abierta."
La Operación "Libertad Duradera" en Afganistán y la Guerra en Irak, son los inicios de un cambio de la política exterior Estadounidense, caracterizada por el unipolaridad, la decadencia de la ONU y sus relaciones con Europa, la recolonización de Latinoamérica con el ALCA, la utilización del terrorismo como excusa inevitable, el ataque preventivo, la imposición del modelo neoliberal y la Globalización y la doble moral en materia comercial. Las actuales guerras no son civiles, sino imperiales. Sociedades enteras son saqueadas y todos los recursos nacionales son usurpados o “privatizados” (Petras, 2004). Chomsky (2003), explora la hipocresía subyacente en la política occidental, ya que ésta se dedica a acusar a sus enemigos de todo aquello de lo que ella misma es culpable. Mientras EUA apunta contra los “Estados canallas” que fomentan, acogen y exportan terrorismo, los factores se invierten y el acusador deviene acusado, convirtiéndose en un Estado canalla a causa de la impunidad que ostenta merced a su hegemonía en el escenario internacional.
El gobierno de EUA se encuentra dominado por la derecha religiosa con un Presidente -llamado “el Nerón del siglo XXI- (Hatfield, 2004). Los republicanos han nombrado al enemigo que buscaban con ahínco: el terrorismo fundamentalista musulmán y su adalid, Bin Laden. El imperialismo del siglo XXI se cimenta en la necesidad de encontrar nuevos mercados donde invertir capitales; coadyuva a ello una dirigencia política que persigue la búsqueda de mayor poder y gloria y la expansión de su ideología cuasi-religiosa.[7] Para la consecución de sus fines, la “guerra preventiva” se ha convertido en una industria productora de riqueza pública y privada para EUA y sus aliados[8].
“La administración Bush también ha dejado de lado siglos de Derecho Internacional. Libra guerras ilegales, prohibidas por numerosos tratados internacionales y por la Carta de la ONU. Hace la guerra sin ni siquiera declararla, algo que hasta Hitler se tomó la molestia de hacer. Las fuerzas armadas de EUA descaradamente violan las Convenciones de Ginebra sobre crímenes contra la humanidad, genocidio, armas de destrucción masiva, destrucción de servicios civiles que proveen electricidad, agua y salud, y aún de las vías acuáticas internacionales (Gunder Frank, 2004).“
1.2.1. Guerra contra el terrorismo: es una ofensiva militar de EUA apoyada por la OTAN y otros aliados, con el fin declarado de acabar con el terrorismo internacional, deteniendo a los grupos terroristas y desactivando el aparente resguardo que algunos Estados les ofrecen. La "Guerra contra el Terror" está dirigida a 40 organizaciones que el Departamento de Estado de EUA ha listado desde finales de 2001[9] y actualizado en 2005[10]. Allí figuran Al-Qaeda, ETA, las FARC y Hamas: todas ellas son organizaciones terroristas diferenciadas en cuanto a sus propósitos y sus métodos de ataque.
Los actores no estatales del sistema internacional, es decir organizaciones de diferente índole[11], como agrupaciones de terrorismo internacional, narcotraficantes, narcoterrorismo, utilizan el terror como principal forma de atacar a los Estados y las personas, lo cual ha hecho variar el paradigma de la clásica confrontación bélica de fuerzas militares entre sí. Ello ha traído una proliferación de actores transnacionales que usan todas las amenazas posibles para hacer sentir su valor o poder en el concierto internacional, independientemente de sus nacionalidades o países de origen. Precisamente su característica principal es la de actuar no representando un Estado-nación en particular, pero teniendo algunos Estados como patrocinadores o como santuarios. En el caso de los Estados fallidos, ha motivado la necesidad de usar a las fuerzas militares de otra forma, completamente diferente a su función habitual o final que es hacer la guerra. En el último tiempo, las operaciones militares diferentes a la guerra (OMDG), han tomado un ritmo importante. Su naturaleza principal es la legitimidad que les otorga la ONU por mandato, y la participación de fuerzas de diferentes países en ellas lo que produce problemas de coordinación y mando y también de relaciones entre Estados (Soto Silva, 2003).
Los actores no estatales[12] que han surgido, pueden afectar seriamente la estabilidad del sistema, ya sea moviendo fuertes sumas de dinero en las bolsas de comercio del mundo, si son financistas; o terroristas con capacidad de operar globalmente (Fuentes Saavedra, 2007). En las relaciones internacionales sólo se contabilizan actores que tienen "territorio" y "población". Los actores transnacionales carecen de ambos. La "heterogeneidad" no es un problema, pero sí puede serlo el hecho de que son los Estados los que proveen "seguridad" y tienen una "jurisdicción" territorial. De todas formas, los actores no estatales pueden ser "autónomos" y a la vez un instrumento para beneficio de los Estados.
2.- Precisiones acerca de colonialismo e imperialismo:
2.1. El colonialismo es definido por Borisov, Zhamin y Makarova (1975) como “la política de los Estados capitalistas económicamente más desarrollados orientada hacia la esclavización y la explotación de los pueblos de países atrasados en el aspecto económico. “ El colonialismo opera mediante una dialéctica que homogeniza las diferencias creando una oposición superpuesta subsumiéndolas en la identidad de la civilización europea (Hardt y Negri, 2000:128). En este trabajo lo entendemos como el control político formal de un determinado territorio o país por parte de otro. Constituyó un proceso histórico mediante el cual los territorios de ultramar fueron incorporados a la economía mundial en clave de desigualdad respecto de los países europeos ricos, a fin de satisfacer las necesidades de expansión económica de éstos, causando una substitución de sus estructuras económicas, sociales y políticas.
La colonización, o proceso de ocupación de otros territorios, supuso la irrupción violenta y generalizada de los intereses capitalistas europeos en los distintos continentes. Se inició en el siglo XVI, con las primeras conquistas y anexiones de territorios, y continuó hasta bien entrado el siglo XIX. El período colonial resultante se caracteriza por la dominación política y legal sobre las sociedades sometidas, el establecimiento de unas relaciones económicas y políticas de dependencia al servicio de los intereses y necesidades de la economía imperial, y la institucionalización de una nueva estructura social caracterizada por las desigualdades raciales y culturales. Se puede distinguir entre las colonias de dominio-ocupación, donde las elites coloniales controlan militarmente el territorio, y las colonias de poblamiento, en las que los colonos europeos se asientan permanentemente desplazando a las poblaciones indígenas (Alberdi y Pérez de Armiño, 2000).
2.1.1 Neocolonialismo: En el siglo XX, muchas ex colonias de las potencias imperiales europeas se libraron mediante guerras de liberación de la dominación colonial. A algunas colonias les fue concedida la independiente bajo la presión de la confrontación entre los bloques de la Guerra Fría. La formación de Estados soberanos con instituciones modernas debía estimular el desarrollo económico, social y democrático. Pero la prometida independencia muchas veces se transmutó en una nueva dependencia, que se calificó de “neocolonial”. Martínez Carreras lo define como: El “fenómeno que consiste en mantener una dependencia económica casi colonial sobre las ex colonias, que en la actualidad son Estados independientes, por sus antiguas potencias colonizadoras” (Martínez Carreras, 1992: 177-183).
Por su parte, el proceso de descolonización se ha llevado a cabo básicamente en tres oleadas. La primera, de 1776 a 1825, supuso la independencia de la mayoría de las colonias americanas. La segunda, de 1867 a 1931, conllevó la concesión de autonomía por RU a Canadá, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. La tercera, y más importante, comenzó en 1945 en Asia, alcanzó su cenit en 1960 con la independencia de 17 países africanos, y prácticamente finalizó con la independencia de Mozambique y Angola en 1975 (Walter, 1999:363-364). Esta tercera fase, sucedida tras la II Guerra Mundial, se desencadenó a raíz de la reacción de los países sometidos contra la hegemonía europea, así como al deseo de las dos superpotencias de acabar con los imperios coloniales de la vieja Europa. Para sustentar este proceso se experimentó un desarrollo teórico del derecho de autodeterminación en el contexto de la ONU (Alberdi y Pérez de Armiño, 2000).
Pero, si bien en el siglo XXI sólo quedan en el mundo 16 “territorios no autónomos”[13] o unidades coloniales, la dependencia ha ido tomando en tiempos de la globalización el carácter de hechos económicos inevitables y forzosos, transmitidos por el mercado y de presión política ejercida sobre los países en desarrollo y en transformación y sobre sus gobiernos para plegarse a las reglas de la “buena gobernabilidad”. Dichas reglas comprenden por un lado el combate a la corrupción, la formación de capital humano y el desarrollo de medidas para el empoderamiento de las mujeres; por otro lado y de modo preferencial, medidas de desregulación, liberalización y privatización. El avenimiento a estas reglas de “gobernabilidad” engendra nuevas dependencias. También deja a la vista, como ocurrió en Irak, tendencias hacia un “neoimperialismo” y de la subordinación cuasi-colonial de algunos Estados. (Altvater, 2005)”
2.2.- Imperialismo: Por imperialismo entendemos a la expansión violenta por parte de los Estados del ámbito territorial de su influencia o de su poder directo y las formas de explotación económica en perjuicio de los Estados o pueblos sometidos (Bobbio, 2002: 787). Desde tiempos remotos es posible observar relaciones de agresión y dominación entre pueblos y Estados, así como procesos de conquista, a través de los cuales llegaron a constituirse en la Antigüedad grandes imperios como el chino y el romano. De allí proviene la idea de imperialismo para caracterizar diversas formas de extensión del poder a escala internacional. Es corriente utilizar el término para referir modalidades de expansión política, económica, territorial o cultural, que históricamente se han combinado de distinta manera. Cualquier forma de imperialismo resultaría contradictoria con el ideal, hoy universalmente aceptado, de una comunidad internacional fundada en la igualdad de derechos, el respeto recíproco y la cooperación solidaria entre pueblos y Estados.
Basándose en el caso del Imperio británico de s. XIX, un ensayo precursor de Hobson en 1902 identificó como rasgo fundamental del fenómeno las inversiones de capital en el exterior. La desigualdad en la distribución de los ingresos disminuía la capacidad de consumo de los trabajadores ingleses, y limitaba por tanto las perspectivas de inversión productiva en el país; los capitales disponibles encontraban oportunidades más lucrativas en otras regiones poco explotadas, lo cual alentaba las conquistas coloniales y llevaba la disputa por esos territorios entre las potencias europeas, a la vez que privaba a las clases laboriosas de las metrópolis de los beneficios de la inversión interna de aquellos capitales (Hobson, 1948).
Lenin retomó la noción explicativa de Hobson sobre la exportación de capitales excedentes, en la tesis que dio título a su libro El imperialismo, etapa superior del capitalismo. En este texto de 1917, presentó el fenómeno como última fase del desarrollo capitalista, la cual se distingue por: 1) el grado de concentración de la producción, que determina el predominio del capital monopolista; 2) la fusión del capital bancario con el industrial, de la que surge el capital financiero y la oligarquía financiera; 3) la importancia que adquiere la exportación de capital (construcción de ferrocarriles, establecimiento de industrias, etc. en los países atrasados), diferente a la tradicional exportación de mercancías; 4) la lucha por los mercados entre las grandes asociaciones monopólicas internacionales (cárteles, trust) que se reparten económicamente el mundo, a la vez que se ha completado la ocupación territorial del planeta por las grandes potencias coloniales, de modo que en el futuro solo será posible su redistribución (Lenin, 1973).
En la visión de otros autores, el imperialismo sería una realidad de carácter político más que económico, históricamente anterior al capitalismo, que éste en cierta forma "hereda". Para Schumpeter (1951), la lógica interna del capitalismo radica en el libre cambio, que es incompatible con la dominación de mercados y las prácticas monopólicas; los beneficiarios del imperialismo serían solamente ciertos "intereses exportadores monopolistas" de los países metropolitanos, que cabría esperar no sobrevivirán a la lógica interna del capitalismo.
Después de la II Guerra Mundial, las ideas sobre el imperialismo se actualizaron con referencia a la agresiva política internacional de EUA como líder de las naciones capitalistas avanzadas, las presiones sobre los nuevos Estado emergentes del viejo colonialismo y la difusión de las empresas multinacionales, que articularon nuevas formas de control político, económico, financiero, comercial y militar sobre los países periféricos (centro-periferia). El "capitalismo financiero mundial" intenta constituir una clase dirigente internacional basada en el control de las grandes corporaciones, superando anteriores rivalidades ínter imperialistas. Las proyecciones del imperialismo en el plano sociológico y cultural se vinculan con el racismo y con la problemática del subdesarrollo.
En su momento también se atribuyó a la ex URSS un tipo de imperialismo o "satelismo" de carácter político e incluso económico sobre los países del campo comunista, que Mao Tse-tung calificó como socialimperialismo. El enfrentamiento de los bloques del Este y el Oeste suministraba continuas "justificaciones" al intervensionismo de las grandes potencias en los países menores, por "razones de seguridad". Concluida la Guerra Fría, los problemas de la dominación a escala internacional y las contradicciones entre los factores de poder transnacional y los Estados han sido replanteados a menudo en el marco de los nuevos conceptos de "mundialización" o globalización (Di Tella, 2006: 362-363).
Colonialismo e imperialismo son las dos caras de la misma medalla. El post-imperialismo es el lado latinoamericano de la moneda donde se encuentra el post-colonialismo. Para Williams y Chrisman (1994:2) el colonialismo es "una fase particular de la historia del imperialismo, que ahora es mejor entendido como la globalización del modo capitalista de producción" (Ibíd., 1994:2). Said, por su parte, relaciona al imperialismo con el colonialismo: el primero es "la práctica, la teoría y las actitudes de un centro metropolitano dominante que gobierna un territorio distante; 'colonialismo', que es casi siempre una consecuencia del imperialismo, es la implantación de asentamientos en territorios distantes" (Said, 1993: 9). No deja de ser sintomático que las elites del centro metropolitano se rehúsen a usar el término imperialismo. Amy Kaplan (1993) critica la invisibilidad del tema imperialismo en los American studies. La aceptación del rol del imperialismo, del expansionismo de EUA en la construcción de la nación, es negada al mismo tiempo que se habla de "potencia mundial", de "poder global" y de "unipolaridad" (Kaplan, 1993: 13; Lins Ribeiro, 2005).
Samy Cohen (2002) efectúa una original interpretación del Imperialismo contemporáneo, sosteniendo la necesidad de mantener imperios y opina que un nuevo imperialismo voluntario y cooperativo puede salvar al mundo. Señala que el fin del poder balanceado en 1989 marcó el “debilitamiento del impulso imperial” y el siglo XX finalizó con todos los grandes imperios fenecidos (“los imperios otomano, germano, austriaco, francés, británico y soviético son ahora sólo un recuerdo”). Distingue dos nuevos tipos de Estado:
1) los premodernos -generalmente antiguas colonias- cuyas fallas provocaron a una guerra hobbesiana de todos contra todos: (por ejemplo: Somalia y Afganistán. Estos Estados frustrados han perdido el monopolio de o la legitimidad para el uso de la fuerza, con frecuencia ambos[14];
2) los Estados postimperiales o posmodernos, “los cuales no piensan más en la seguridad primordialmente en términos de conquista”. Perduran los habituales Estados "modernos", tales como la India, Pakistán o China, los cuales se han conducido como Estados “siempre teniendo, persiguiendo, intereses, poder y raison d'ètat."

Los cárteles de la droga, el crimen o el terrorismo utilizan bases premodernas para ataques contra las partes más ordenadas del mundo. Cohen sostiene que ante ello, los Estados organizados deben responder, y en el caso que declinen en demasiado peligrosos para ser tolerados por los estados establecidos, es dable suponer un imperialismo defensivo. Antiguamente, la manera más lógica de tratar con el caos, fue la colonización; pero ahora es inaceptable para los estados posmodernos, dado que Imperio e imperialismo son términos que se transformaron en una forma de abuso y no hay poderes coloniales deseosos de asumir el costo de nueva.
Entonces, Cohen propone la viabilidad de una “nueva clase de imperialismo” con dos varientes; 1) una compatible con los derechos humanos y con los valores cosmopolitas, es decir, un imperialismo que apunte a ofrecer orden y organización pero que descanse hoy sobre el principio voluntario; como el que existe en la economía global a través de instituciones como el FMI o el BMl. El agrandamiento europeo (la aceptación de nuevos miembros de la UE) muestra otra clase de imperialismo voluntario cooperativo, sin exclusividad étnica que fue el sello del Estado-nación 2) El imperialismo de los vecinos, ya que la inestabilidad regional plantea peligros que ningún Estado puede soslayar.[15]
3.- La guerra: Bull define a la guerra como “la violencia armada que unas unidades políticas utilizan contra otras” (Bull, 2005[1977]: 237). El elemento indirecto y oficial es lo que distingue matar en una guerra de asesinar. Entiende la guerra en sentido amplio, como violencia organizada que puede ser ejercida por cualquier unidad política; en sentido estricto, como violencia organizada por los Estados soberanos (Ibíd., 238). En sentido material, Bull define a la guerra como hostilidades reales y en sentido legal, como una situación a la que se llega a través del cumplimiento de determinados criterios normativos, como ser la declaración por autoridades competentes. Asimismo, distingue entre guerra en tanto actividad racional, inteligente y dirigida a un objetivo, en el concepto clausewitziano; de la guerra ciega, impulsiva o como hábito (Ibíd., 238-239) entre las que enumera a las guerras de conquista o por mera sed de sangre.
En los Estados modernos las funciones de la guerra pueden comprenderse de la siguiente manera:
a) Desde la óptica del Estado individual, la guerra ha sido instrumento político y uno de los medios para alcanzar los objetivos del Estado.
b) Desde el punto de vista del sistema internacional, la guerra constituye un determinante básico de la forma que el sistema adopta en cada momento. La guerra y la amenaza de guerra constituyen un determinante para los Estados concretos, respecto si sobrevivirán o serán eliminados, entrarán en una fase de auge o de declive; si se resolverán o no los conflictos; si habrá un equilibrio de poder o algún Estado será preponderante.
c) Desde el enfoque de la sociedad internacional, en tanto valores compartidos, normas e instituciones aceptadas por el sistema de Estados en su conjunto, la guerra es: manifestación del desorden que amenaza a la propia sociedad internacional; pero, asimismo es un medio restringido para aplicar el derecho internacional, mantener el equilibrio de poder y fomentar cambios (Ibíd., 239-241).

Michael Walzer (2004), recogiendo la tradición histórica agustino-kantiana, sostiene la tesis de la guerra justa:[16]la que entiende como: aquella guerra -aunque actividad infernal- resulta justificable, defendible moralmente, dadas ciertas circunstancias y alternativas de decisión; como ser, actos de agresión y de crueldad que dañan la conciencia moral del ser humano. Postula Walzer que, cuando los crímenes causan grave conmoción en el mundo, cualquier actor en condiciones de detener dicha situación no sólo puede intervenir, sino que debe hacerlo; menciona como ejemplo el del terrorismo al que se debe combatir por hallarse plenamente justificada tal acción en lo desgarradoramente inmoral de sus fines y acciones, o las intervenciones militares y “humanitarias” en Kosovo, Ruanda y Somalia.
En este trabajo, entendemos por guerra, en el sentido más generalizado, al enfrentamiento entre dos o más entes para conseguir fines específicos. En las guerras civiles internas, son dos partes contrastantes ideológicamente dentro de un mismo Estado las que entran en constante contienda. Desde mediados del siglo XX, el término adquirió un nuevo sentido. No necesariamente tendría que referirse a un acto destructivo mediante el cuál se dieran enfrentamientos sangrientos, matanzas, frentes armados y todo este tipo de luchas físicas, legítimamente constituidas. Con el inicio de la “Guerra Fría” apareció una tipología estrictamente ideológica en la que no forzosamente tenía que usarse el medio violento para dicha contienda.
Zygmunt Bauman, señala que hay un antes y un después de la guerra de Yugoslavia y el rol de la OTAN en la misma. “Ésta tenía sentido como forma de “promover el orden económico global por otros medios, medios no políticos”. Se podría hablar de una “guerra simbólica” sui generis: la guerra, su estrategia y su táctica fueron un símbolo de la emergente relación de poder. “El medio fue, por cierto, el mensaje”. El poder de la elite global se basa en la capacidad de eludir compromisos locales, a lo que se supone que contribuye ampliamente la globalización, dividiendo tareas y función al nivel de las autoridades locales que deben responsabilizarse y hacerse cargo de la ley y el orden (locales). De alguna manera estas serán las técnicas de la denominada modernidad líquida. En esta los Estados-Nación se convierten en comisarías locales. (...) La modernidad líquida se ve como la nueva forma de distribución del poder”. (Bauman, 2003)
En los inicios de 2007, resulta dificultoso cuestionar a la hegemonía militar norteamericana. Su poder militar, económico y político confiere a las restantes naciones un aspecto microscópico. Ignatieff advierte, que EUA controla al mundo con cinco mandos militares globales; posee mas de 1 millón de efectivos militares dispersos por el mundo; despliega portaaviones con grupos de combate donde lo cree necesario; garantiza la supervivencia de países como Israel o Corea del Sur; lleva el timón del comercio mundial e inspira el american way of life en todo el planeta (Ignatieff, 2002: 22). Su presupuesto militar para 2007 es de 439 mil millones de dólares, más los costos de la guerra de Irak y Afganistán que corren por cuentas separadas y ascienden a 120 mil millones de dólares; su armamento de alta tecnología no tiene parangón con el de ningún otro país, lo que le permite desplegar fuerzas militares en todo el mundo y combatir en muchos frentes a la vez.
Huntington sostiene que, la primera mitad del siglo XX fue la era de las guerras mundiales, la segunda fue la era de la Guerra Fría. En el siglo XXI ha empezado la era de las guerras musulmanas (Huntington, 2002). Voegelin, por su parte sostiene que: “El verdadero peligro de las guerras contemporáneas no reside en la extensión global del escenario bélico tecnológicamente determinado; su verdadera fatalidad se origina en su carácter de guerras gnósticas, es decir de guerras entre mundos que están empeñados en su mutua destrucción” (Voegelin, 2006:183).[17]
4.- Cold War[18] (Guerra Fría/Guerre Froide): Entendemos por Guerra Fría[19] al proceso internacional que comenzó a gestarse en el mundo, a partir de la muerte del presidente norteamericano F.D. Roosevelt en 1945 y el posterior uso de sendas bombas atómicas para forzar la rendición de Japón. Los autores ubican su inicio a posteriori del “telegrama largo” de G. Kennan[20] (embajador de EUA en Moscú) el día 22 de febrero de 1946. Pocos días después, W. Churchill utiliza por primera vez la expresión “Cortina de hierro” para aludir a la situación de las naciones del Este de Europa, ocupadas por la URSS.
La Guerra Fría puede caracterizarse con las siguientes particularidades:
a) Fue la situación de conflicto entre EUA y la URSS, que generó un mundo bipolar con dos bloques: el Occidental-capitalista liderado por EUA y la OTAN (1949) y el Oriental-comunista encabezado por la URSS y el Pacto de Varsovia (1955). Los distintos intereses condujeron a una sospecha y hostilidad mutuas enmarcadas en una rivalidad ideológica en aumento.
b) El ataque sorpresa constituía el mayor temor de las potencias en la Guerra Fría, a cuya prevención estaban abocadas la diplomacia y las acciones militares. La tensión permanente se puso en marcha, la amenaza militar constante, tanto convencional como nuclear, junto a la confrontación ideológica y la guerra económica.
c) Se denominó “fría” porque los dos bandos nunca se enfrentaron directamente (Giddens, 2004:863) EUA y la URSS y sus aliados utilizaron la intimidación, la propaganda, la subversión y la guerra local mediante interpósitos aliados; ya que no estando dispuestos a enfrentarse en una guerra nuclear, dirimieron sus intereses en los países periféricos.
d) El motivo de que la "Guerra Fría" no se convirtiera en "caliente" fue la aparición del arma nuclear. Los crecientes arsenales atómicos que las superpotencias fueron acumulando impidieron una guerra directa que nadie hubiera ganado.
e) Cada superpotencia también intentó influir en las nacientes naciones de Asia, África, Oriente Próximo y Latinoamérica.
f) EUA contribuyó al fin de la Guerra Fría y al desmoronamiento de la ex URSS[21], al propiciar el agotamiento de ésta en la carrera armamentística (Barber, 2005: 20)[22]y espacial.
g) En conjunto la Guerra Fría dejó dos efectos indeseados. 1) una inversión disparatada en armamento; 2) una imagen casi diabólica del adversario, como resumió el presidente norteamericano Reagan cuando calificó a la URSS de “imperio del mal”.
h) Hasta la caída del Muro de Berlín las guerras revolucionarias y de descolonización fueron una constante.

El fin de la Guerra Fría, que ubicamos temporalmente entre la caída del Muro de Berlín (9/11/1989), la extinción del Pacto de Varsovia (1/7//1991) y la disolución de la Unión Soviética (21-26/12/1991), ha traído la aparición de conflictos internos de los Estados, en ocasiones muy cruentos. Se ha dado una politización de las comunidades étnicas y religiosas, tanto dentro de las mismas como en su proyección hacia la sociedad. Se ha dispuesto como norma fundamental del Derecho Internacional que cada comunidad debe poder tomar decisiones sobre cada uno de los aspectos de la vida y asimismo poder exteriorizar o hacer visibles sus símbolos, ya no como una simple preferencia política sino como un derecho inalienable (Holsti, 2004:52 y 44).
5.- Internacionalización, transnacionalización y globalización[23]:
Dahrendorf ubica el comienzo de la globalización[24] en el final del milagro económico de posguerra que se dio con la crisis del petróleo de 1973. El proceso globalizador se impuso con fuerza al disolverse los frentes de la Guerra Fría, lo que permitió -entre otras cosas- la sociedad de la información (Dahrendorf, 2005: 15). La globalización pretendió ser la solución a la mixtura de estancamiento o crecimiento bajo e inflación (estanflación) que Mancur Olson identificó como la causa de la “decadencia de las naciones” (Olson, 1986).
El colapso del comunismo no fue el “fin de la historia”, sino el principio de la misma. Sólo la desaparición absoluta de la confrontación entre los dos sistemas permitió el desarrollo de la globalización (Dahrendorf, 2005: 20). Touraine (2006) diferencia entre mundialización (prolongación de las tendencias de apertura que se aceleran en la segunda parte del XX, y globalización (proceso mediante el cual los pueblos han cedido el poder sobre sus economías y sus sociedades a fuerzas globales y antidemocráticas, tales como los mercados, las agencias de calificación de la deuda, etc.).
Wallerstein (1988), Ferrer (2002:15) y Bernal-Meza, entienden a la globalización como el proceso histórico de expansión capitalista, que se inicia entre fines del siglo XV y principios del XVI. Bernal Meza (2005:237) identifica a la “globalización como el eslabón más actual de la misma” y utiliza el concepto de “mundialización” para nombrar el proceso que da cuenta de las nuevas formas que ha asumido la acumulación capitalista contemporánea y comprende al concepto de globalización como aquel que incorpora tanto al proceso histórico completo (s. XVI a XXI) como al complejo de ideas y la concepción del mundo (Bernal Meza, 2000). Alvater y Mahnkopf (2002:1) sostienen que la globalización dio un giro imprevisible desde que la OTAN sin mandato de la ONU, se arrogó el derecho de intervenir en defensa propia en Yugoslavia, con el fin de “salvaguardar el principio universal de los Derechos Humanos”. Hasta entonces, se concebía a la globalización como una “geoeconomía” capitalista.
Con Held (1999) ha de entenderse la globalización como "...un proceso (o conjunto de procesos) que encarna una transformación en la organización espacial de las transacciones y las relaciones sociales -entendido en términos de su extensión, intensidad, velocidad e impacto- y que genera flujos interregionales o transcontinentales, redes de actividad, interacción y ejercicio de poder”. En el fin del siglo XX se aprecia un cambio en la forma tradicional del Estado nacional como sujeto del sistema político internacional, a consecuencia de la desregulación y la pérdida de soberanía, debido a que la compatibilidad entre pueblo, territorio y poder del Estado está desapareciendo lentamente. El “mundo de los Estados europeos” tal como surgió de la Paz de Westfalia en 1648 hasta mediados del siglo XX se desvaneció; a consecuencia de las relaciones económicas que tienden a traspasar fronteras, de la expansión del comercio mundial, del aumento de las inversiones directas transnacionales, del desarrollo de los mercados globales de capital y de los movimientos migratorios transfronterizos (Alvater y Mahnkopf, 2002:5).
Desde la perspectiva de José J. Brunner "la globalización comprende no sólo el movimiento de bienes y servicios, sino que, además, de personas, inversiones, ideas, valores y tecnologías más allá de las fronteras de los países. Significa una reorganización del espacio económico mundial, una reestructuración de los mercados laborales y un progresivo debilitamiento de los Estados Nacionales... Se crea así mismo todo un nuevo entramado de relaciones políticas, sin que eso signifique el fin de las querellas locales". (Brunner, 1999).
Para comprender mejor el término es importante tomar en cuenta la distinción, propuesta por Beck, entre globalismo, globalidad y globalización. Globalismo es la ideología según la cual el mercado mundial sustituye el quehacer político. En otras palabras es la ideología neoliberal en búsqueda obsesiva del dominio del mercado mundial. Por globalidad se entiende la situación en la cual no hay ningún país o pueblo que pueda vivir aislado de los demás. La globalización hace referencia a los procesos por medio de los cuales los Estados nacionales y los pueblos se relacionan e implican mutuamente generándose interdependencia (Mendoza, 2003). Según U. Beck, la globalización implica distintos procesos en virtud de los cuales los Estados nacionales soberanos se entremezclan e imbrican mediante autores transnacionales y sus respectivas fuerzas entramadas. Las características de la globalización[25] las resume Beck en las siguientes proposiciones:
a) Ensanchamiento del mercado internacional y creciente intercambio.
b) Carácter global de la red de mercados financieros.
c) Nuevas tecnologías de la comunicación.
d) Consenso sobre la vigencia de los derechos humanos y la democracia como sistema de gobierno.
e) Cultura de la imagen.
f) Nuevos actores transnacionales junto a los gobiernos: Naciones Unidas, FMI, Banco Mundial, G-7, ONG´s.
g) El tremendo desafío de la pobreza global.
h) El problema ecológico, que cuestiona al modelo económico vigente. (Beck, 1998)
Niall Ferguson plantea la duda acerca de la posible finalización de la globalización y efectúa una comparación con la Guerra del 14 cuando se puso término a la primera globalización caracterizada por “la aniquilación de las distancias” a través del telégrafo, el teléfono, la radio, el motor de combustión interna y las carreteras pavimentadas (Ferguson, 2006:32) El autor citado traza un paralelo entre ambas dos globalizaciones y advierte que se parecen en el relativo libre comercio, las limitadas restricciones a la migración y la escasísima regulación de los movimientos de capital, la baja inflación y la ola de innovación tecnológica. EUA era en 1914 la primera economía del mundo, China se abría al mundo creando expectativas y Rusia crecía rápidamente. Hoy como ayer la globalización muestra síntomas de reversibilidad.
En los albores de la I Guerra en el orden internacional se advertía: la sobre expansión imperial (de RU); la rivalidad de las grandes potencias; un sistema de alianzas inestables; Estados canallas promoviendo el terror y el crecimiento de una organización revolucionaria terrorista hostil hacia el capitalismo (Ferguson, 2006: 37) En 2007: EUA está manifiestamente sobre expandido (hubrys) denota senectud social y un fuerte déficit financiero y de personal militar necesario para todos los frentes de guerras que tiene o podría tener. También hay una creciente rivalidad con la República Popular China, no sólo por el control del comercio sino por la posible crisis que puede plantearse con Taiwán. Corea del Norte, Siria, Pakistán e Irán son los Estados canallas contemporáneos, pero con armas nucleares (Ferguson, 2006: 38) La inmigración musulmana y la posible incorporación de Turquía a la UE están cambiando a Europa. La organización terrorista Al-Qaeda es la responsable de los atentados en Nueva York, Ryad, Casablanca, Estambul, Nairobi, Adén, Dar-es-Salam, Madrid, Bali y Londres, siendo calificada por algunos de islamo-fascistas o bolcheviques islámicos, comprometidos con la revolución y con un reordenamiento mundial de tintes anticapitalistas (Ferguson, 2006:39).[26]
Los teóricos se preguntan si hoy es posible un cambio de régimen en Arabia Saudita, al estilo de la Rusia del 17 con Lenin, o el Irán de 1979 con Khomeini. Bin Laden, es visto por algunos como el Lenin del siglo XXI y si una revolución islámica triunfase en Arabia Saudita, un país rico, el terrorismo podría hacerse de ese gobierno. EUA hoy hace la guerra preventiva, en salvaguarda de su seguridad interna, quedando planteada la incógnita de los verdaderos motivos de la invasión a Irak, que en opinión de algunos obedece a intereses económicos capitalistas y al secuestro y depredación del petróleo iraquí. [27]
No soslayamos el concepto de interdependencia que permite al capital, el empleo y la inversión trasladarse adonde quieran, independientemente de la soberanía americana (Barber, 2005: 22). También ha quedado de manifiesto la porosidad de las fronteras nacionales de soberanía y el cada vez más insuficiente poder de ésta. Para Paul McCulley (2004) "el imperialismo Estadounidense significa, por definición, el abandono del capitalismo mundializado, el olvido de la mano invisible de los mercados en provecho del puño, bien visible, de los Estados"[28]. Brzezinski (1998:68), por su parte expuso crudamente los grandes imperativos geoestratégicos norteamericanos: “evitar colisiones entre vasallos y mantener a éstos en Estado de dependencia, que justifique su seguridad, cultivar la docilidad de los sujetos protegidos e impedir que los bárbaros configuren alianzas ofensivas".
En la última década se han producido importantes cambios en la economía mundial que han afectado a aspectos políticos, económicos y sociales. La internacionalización de las economías es una consecuencia del fenómeno de la globalización mundial, cada vez más intenso, y que está produciendo una mayor interrelación entre las economías nacionales. El aspecto funcionalista de la globalización es el que distingue esta teoría del concepto de la internacionalización económica. De conformidad con Peter Kickens (1998), la globalización contiene procesos que son cualitativamente distintos de la internacionalización. En ellos se involucra no solamente la extensión geográfica de las actividades económicas, procesos de internacionalización, sino también y más importante, la integración funcional de actividades que antes se encontraban dispersas. Esto último siendo el rasgo peculiar de la globalización dentro de las innovaciones tecnológicas más recientes. El actual proceso de globalización redunda, por ello, en la formación de unidades funcionales a nivel planetario. Mientras que, los medios de comunicación y las nuevas tecnologías nos han acercado facilitando el intercambio de información y la posibilidad real de compartir los saberes entre toda la humanidad (García Fajardo, 2000).
Entendemos al paradigma transnacionalista[29] o de la interdependencia compleja al creado por Keohane y Nye, que pretende completar al realismo, para entender ciertos aspectos de la realidad internacional, con el enfoque de la interdependencia (Keohane y Nye, 1989: 23-24). Los elementos centrales del transnacionalismo son:
a) El Estado deja de ser actor exclusivo, racional e impenetrable, convirtiéndose en un actor fragmentado. Se incorpora una pluralidad de actores: organizaciones internacionales, empresas multinacionales, ONG, unidades políticas subestatales e individuos de análisis de la política internacional;
b) Se establece una nueva agenda de investigación en la que se incorporan nuevas cuestiones propias de los países desarrollados, como ser: desarrollo tecnológico, relaciones comerciales y financieras, problemas ecológicos, etc.
c) Se sostiene el concepto de sociedad mundial o globalismo.No hay anarquía, sino un cierto orden internacional creado a partir de intereses mutuos, donde la cooperación es posible (Barbé, 1995)

5.1.- Glocalización: Con Burchardt consideramos por glocalización[30], a la tendencia a una fragmentación creciente de los espacios nacionales, derivada de la globalización y que tiene por consecuencia una mayor interdependencia entre la política local y la economía privada (Burchardt, 2006: 137). El concepto de glocalización es un neologismo acuñado por Ulrich Beck y Robert Robertson, para referirse a la peculiar relación y correspondencia entre lo global y lo local, que refiere a la cuestión de la localización espacial dentro de un sistema globalizado, que une la globalización y la localización. Con este concepto se intenta entender el actual proceso de transformación como un engarce entre la dinámica local y global: lo local gana en significado porque debe participar en un sinfín de lugares en la competencia global por los recursos.
5.2.- La responsabilidad de proteger: La soberanía de un Estado implica la responsabilidad de la protección de sus ciudadanos, tanto ante su propia ciudadanía como frente la comunidad internacional. Pero cuando una nación se halla en peligro grave e inminente a raíz de un conflicto bélico, sea por represión o inoperancia gubernamental, el principio de no intervención puede relevarse en la responsabilidad de proteger. Esta última, es un concepto genérico apoyado en tres responsabilidades específicas:
a) De prevenir, ya sea posibles conflictos internos o situaciones de alto riesgo para las poblaciones;
b) De reaccionar con una réplica adecuada y temporánea ante una situación humana conmovedora;
c) De reconstruir, mediante asistencia en la recuperación del país y la reconciliación nacional (Thakur, 2001)[31]
Se estipula en el Informe 2001 de la Comisión Internacional de Intervención y Soberanía de los Estados (ICISS) que cuando se está frente a los siguientes casos, existe la responsabilidad de proteger más que el derecho a intervenir:
1. Asesinatos masivos.
2. Violaciones sistemáticas de los derechos humanos.
3. Situaciones de inanición.
4. Conflictos armados internos.
5. Situaciones en las cuales los Estados permiten la presencia de personas que ponen en peligro a otros Estados (ICISS, 2001)

6.- Posguerra Fría: panorama a comienzos de 2007.
El fin de la Guerra Fría y el abandono del paradigma Este-Oeste con el sistema bipolar diseñado y legitimado en la Conferencia de Yalta han desaparecido, no obstante el uso o recurso de amenaza de utilización de la fuerza como instrumento político continúa vigente. La alianza triunfante de la Guerra Fría, la OTAN bajo la dirección de EUA y en su articulación con los centros dinámicos de poder del capitalismo global, la Unión Europea y Japón, ha logrado establecer una nueva agenda internacional denominada “la agenda de los valores hegemónicos universalmente aceptados” (Bernal Meza, 2000:91). Estos valores han contribuido al fortalecimiento de las ideas de globalización e interdependencia. Este proceso se verifica dado que los pilares del orden westfaliano que sustentaban al sistema internacional se deterioraron provocando con ello el debilitamiento del valor de la soberanía (Zacher, 1992).
En las condiciones actuales, pareciera ser que poco sirve a la nación sus vinculaciones con el Estado. Para algunos autores es una cuestión de proporcionalidad. El Estado es un instrumento para dar respuesta a las necesidades de una nación. Pero la cuestión es que la nación, y su instrumento -el Estado-, se tornan excesivamente insignificantes para dar respuesta a algunos problemas, y demasiado grandes para arreglar los pequeños problemas locales. Esta cuestión Nación-Estado, entraría dentro de lo que Giddens ha denominado “instituciones conchillas”, instituciones que se han vuelto inadecuadas para las tareas que están llamadas a cumplir. Externamente se las percibe como iguales pero internamente se encuentran en un proceso de cambio. A este tipo de instituciones Ulrich Beck las llama “instituciones zombies”
La Interdependencia Compleja se presentaba así como un sustituto funcional para el mantenimiento del orden internacional de posguerra fría y su continuidad bajo una supremacía de EUA, mediante el sostenimiento de los regímenes internacionales creados bajo la hegemonía imperial.[32] El concepto de Interdependencia Compleja se identifica con el multipolarismo, con una agenda sin jerarquías, cuestión que no implica que están incluidos todos los temas como hemos visto, con los canales múltiples de relación[33] y con la devaluación creciente de la fuerza militar, cuestión muy discutida en un sistema internacional que en términos de Boulding es un “sistema de amenazas”, un sistema de violencia organizada para poder conservar la actual estructura social internacional.
Fukuyama intentó preguntarse sobre la naturaleza del mundo de posguerra fría en “El Fin de la Historia” (The end of the History), donde proclamaba el fin de la Historia como “punto final de la evolución ideológica de la humanidad” concretada en la democracia liberal y en el capitalismo (Fukuyama, 1992). En contrapartida y en respuesta al debate suscitado a partir de esta idea Samuel Huntington, propuso su tesis del choque de civilizaciones. En “El choque de las civilizaciones” (The Clash of the Civilization and the Remaking of World Order) sostiene como planteamiento central que: “la cultura y las identidades culturales, que en su nivel más amplio son identidades civilizacionales, son las que están dando forma a los patrones de cohesión, desintegración y conflicto en el mundo de post-guerra fría” (Huntington, 1997: 20-21). En este contexto, estaríamos en un mundo multipolar y multicivilizacional, en el cual la modernización es distinta de la occidentalización y en el que no se estaría produciendo una civilización universal ni una occidentalización de otras civilizaciones. Por el contrario, la nueva hipótesis de conflicto pasa por las civilizaciones opuestas a Occidente.
Rees destaca la creciente vulnerabilidad de un mundo cada vez más conectado, donde las fallas de los subsistemas pueden repercutir en la totalidad del sistema global. Asimismo, señala que cualquier nuevo enfrentamiento global amenaza con ser mas difícil de manejar que la Guerra Fría, dado que ya no existe un centro de control (Rees, 2004). Los conflictos armados, disminuyeron desde el fin del orden bipolar, pero también mutaron sus características, los enfrentamientos entre Estados han sido sustituidos por las guerras civiles libradas para alcanzar el poder o dominar un territorio. El Informe sobre Paz y Conflicto 2005, (Peace and Conflict Report)[34], afirma que ha habido “un descenso en la magnitud mundial del conflicto armado”, pero también reconoce que “la mitad de los países del mundo tienen graves problemas que exigen la vigilancia y el compromiso de la comunidad internacional”. Los Estados débiles y al borde del fracaso no representan casos aislados, sino toda una clase nueva de conflictos; aproximadamente 2.000 millones de personas viven en países con un riesgo de derrumbamiento entre importante y crítico (http://www.cidcm.umd.edu/peace_and_conflict.asp).
Tokatlian sostiene que EUA busca el retorno de la Guerra Fría en Latinoamérica, y pruebas de ello son: el rechazo al populismo, el que en muchos países de la Región es un componente de la vida política que facilitó la inserción de sectores excluidos; la persistencia de conflictos de baja intensidad como el caso de Colombia, donde EUA despliega asistencia militar masiva, presencia castrense activa, diplomacia fuerte con la segunda embajada norteamericana más grande del mundo, luego de la de Bagdad. Asimismo, Colombia es el principal receptor de ayuda Estadounidense en todo el subcontinente latinoamericano y el quinto destinatario de recursos militares; la promoción del regime change (cambio de régimen) como se evidenció con el apoyo al golpe cívico-militar de 2002 en Venezuela; la endeble guerra contra las drogas que no desarticuló el negocio de los estupefacientes ni mejoró la capacidad de control soberano del Estado; el resurgimiento del doble rasero en materia de terrorismo, del que el aval secreto de EUA a la ultraderechista Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), es el ejemplo mas claro; el singular desinterés de EUA por la agenda social latinoamericana (Tokatlian, 2006b).
ÀÀÀ
[1] Vg. Corea del Norte, Irán, India y Pakistán.
[2] Para un análisis en profundidad, Vid. Bernstein (2006) y Tadashi Yamamoto y Yoichi Funabashi (1995) The Role of Non-State Actors in International Affairs: A Japanese Perspective. Tokio: JCIE
[3] Para información detallada sobre las amenazas a la seguridad que representan los actores no estatales y la generalización de zonas apátridas, véase: Shultz, Farah y Lochard (2004).
[4] Para mayor profundización del terrorismo actual véase: Roland Jacquard y Samia Serageldin (Ed) (2002) In the Name of Osama Bin Laden: Global Terrorism & the Bin Laden Brotherhood. Duke University Press; Fernando Reinares y Antonio Elorza (Ed) (2004) El nuevo terrorismo islamista. Madrid: Temas de Hoy; Walter Laqueur (2003) Una historia del terrorismo Barcelona: Paidos; James Hoge y Gideon Rose (Comp) (2004) ¿Por qué sucedió? El terrorismo y la nueva guerra. Barcelona: Paidos; Jessica Stern (2001) El terrorismo definitivo: Cuando lo impensable sucede. Madrid: Granica;
[5] El líder terrorista Osama Bin Laden sostiene que: "Ante la campaña judeocristiana contra el mundo islámico jamás vista, los musulmanes deben prepararse para rechazar al enemigo en las áreas militar, económica, misionera y en todas las otras" (Binayán Carmona, 2003)
[6] El Nine-Eleven (11-S) ha marcado un antes y un después en la política internacional y traumáticamente ha sido la demostración de la vulnerabilidad de la mayor potencia mundial, un trauma que supera al causado por el ataque japonés a Pearl Harbour en 1941 (Dahrendorf, 2005: 9)
[7] Por ello varias teorías confluyen en los EUA del presente y ayudan a explicar la conducta norteamericana de gendarme del mundo: Ambición de grandeza y gloria descripta por Langer, a la que adhieren David Laudes, R.J. Hammond, la planteada por Raymond Aron conocida como “Teoría de la indeterminación de la conducta estratégico-diplomática” y la formulada por Winslow que pregona la existencia en las colectividades humanas de una tendencia a querer dominar a otros grupos.
[8] Para profundizar ver Benjamín Barber (2005: 75-96); Ignacio Ramonet (2003) “La era de la guerra perpetua” En: Le Monde Diplomatique Nro 45, marzo de 2003; http://funglode.org/clavesdelmundo/12_abril_05_terrorismo_2.pdf
[9] Mediante una “guerra antiterrorista” como la puesta en marcha por Bush, lo que se logra es incrementar los apoyos al islamismo radical, tanto en el mundo musulmán como en medios intelectuales de Occidente.
[10] Véase la nómina de organizaciones terroristas [en línea] http://usinfo.state.gov/esp/Archive/2005/Apr/29-767751.html
[11] Otros actores no estatales son: Shell, OPEP, Greenpeace, Bertelsmann, Amnesty International, Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, Transparency International, etc.
[12] Los actores no estatales comprenden: corporaciones multinacionales, transnacionales económicas, como la Banca Privada, o religiosas; u organizaciones no gubernamentales de distinto tipo, como grupos científicos, como los ecologistas, o vinculados a la defensa de derechos humanos, etc., que tienen una gran incidencia en la conducta de los Estados. Mientras que éstos tienen recursos, buscan mantener su soberanía sobre los mismos, los actores no estatales, que carecen de recursos y dependen de los Estados que los tienen, buscan seguridad y reglas claras en lo que hace a la forma de la acumulación de capital.
[13] Según el Consejo de Administración Fiduciaria de la ONU estos territorios no autónomos son: Sahara Occidental (en África); Anguila, Bermudas, Islas Caimán, Islas Malvinas, Islas Turcas y Caicos, Islas Vírgenes Británicas y de los EUA, Montserrat y Santa Elena (en el Atlántico y el Caribe); Gibraltar (en Europa); Guam, Nueva Caledonia, Tokelau, Pitcairn y Samoa Americana (en los Océanos Indico y Pacífico).(http://www.un.org/spanish/descolonizacion/trust3.htm ). Podrían ser incluidos en esta situación las posesiones extracontinentales de Dinamarca: Groenlandia e Islas Feroe; de España: Ceuta y Melilla; de Francia: Guadalupe, Guayana Francesa, Martinica, Polinesia Francesa, Reunión, San Pedro y Miguelón, Wallis y Futuna; de los Países Bajos: Aruba y Antillas Neerlandesas; del RU: Tristan da Cunha y Territorio Británico del Océano Indico.
[14] Todas las principales áreas del mundo productoras de drogas son parte del mundo premoderno, al igual que la mayoría de los países africanos. En tales áreas el caos es la norma y la guerra es un modo de vida. Usualmente, cuando hay un gobierno opera en una forma similar al crimen organizado. El estado premoderno puede ser demasiado débil incluso para asegurar su propio territorio, no ya para plantear por sí mismo una amenaza internacional, pero puede proveer una base para actores no estatales que pueden representar un peligro para el mundo posmoderno (Cohen, 2002).
[15] “El mal gobierno, la violencia étnica y el crimen en los Balcanes plantean una amenaza para Europa. La respuesta ha sido crear algo similar a un protectorado de las Naciones Unidas voluntario en Bosnia y en Kosovo. La comunidad internacional provee no sólo soldados sino policías, jueces, funcionarios penitenciarios, banqueros y otros, así como el monitoreo y la organización de las elecciones” (Cohen, 2002).
[16] La ius ad bellum (guerra justa) ha sido definida por seis elementos: 1) obedecer a una causa justa; 2) ser el último recurso; 3) ser declarada por autoridad competente; 4) tener probabilidad de éxito; 5) tener recta intención y 6) aplicar el principio de proporcionalidad.
[17] Véase: John L. Esposito (2003) Guerras profanas: Terror en nombre del Islam. Madrid: Paidos.
[18] El término "Guerra Fría" fue usado por primera vez por el escritor español Don Juan Manuel en el siglo XIV. En su acepción moderna fue acuñado por Bernard Baruch, consejero del presidente Roosevelt, quién lo utilizó en un debate en 1947 y fue popularizado por el editorialista Walter Lippmann.
[19] Para un análisis en profundidad, vid. Walker, Martin (1993), The Cold War: A History. New York: Henry Holt
[20] Kennan creó con su cable al Departamento de Estado la visión de la URSS como enemiga de EUA, ya que consideró al PCUS como una fuerza política comprometida fanáticamente en creer que no existe un modus vivendi permanente con EUA y que en aras de la seguridad del Estado soviético se impulsaba la ruptura de la armonía interna y la forma de vida tradicional de la sociedad norteamericana. Asimismo denunció que la URSS aspiraba a romper la autoridad internacional de EUA. Debía aplicarse, por lo tanto, una política de contención de la expansión soviética, ya que se consideraba a dicho Estado como un verdadero peligro mundial.
[21] Para el presidente V. Putin, la caída de la URSS representa “la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX” (Discurso a la Asamblea Nacional de Rusia, 25/04/2005)
[22] Debido a los conflictos creados por la Guerra Fría, EUA y la URSS entraron en una competencia armamentista por dos razones: poder defenderse de la otra potencia en caso de emergencias limítrofes o de otra índole. Demostrar a la otra potencia su superioridad en el ámbito armamentista por su ideología, es decir, dejar en claro que con su ideología se logran más avances y por lo tanto es superior.
[23] Dahrendorf sostiene que el término “globalización” no define suficientemente este mundo. Utiliza la expresión de Giddens “a runaway world” (un mundo desenfrenado).
[24] Theodore Levitt acuñó el término globalización en 1983 al publicarse su artículo “Globalization of the Markets", en la edición de Mayo/Junio de 1983, de la Revista Harvard Business Review.
[25] “Algunas de las características de la llamada globalización o mundialización son: la apertura de los flujos de capital sin restricciones, la debilidad del Estado frente a los poderes económicos y una mayor desigualdad entre países y sectores sociales. No puede ser bueno porque padecen los más débiles y hasta peligra el Estado o las formas de organización supranacionales. Y los débiles precisan de instituciones que los defiendan de los poderosos y los ayuden para que puedan ayudarse a sí mismos. Cuando vaticinábamos el final del Estado-nación, hecho obsoleto por las nuevas tecnologías que no conocen fronteras, quizá no disponíamos del necesario repuesto institucional en forma de federación, de anfictionía o de ente supranacional para evitar el vacío (García Fajardo, 2000).”
[26] En contra: Habermas (2007), quien sostiene: “El presunto ‘fascismo islámico’, tiene tanto de adversario palpable como la guerra contra el terrorismo, tiene de ‘guerra’ ”.
[27] Al iniciarse la guerra en Irak existieron en EUA dos visiones acerca el desarrollo del conflicto: una optimista sostenía la viabilidad del “escenario japonés”, es decir un papel similar al de los EUA en el Japón de posguerra; la otra, pesimista, daba cuenta del probable “escenario somalí” basado en el razonamiento “que la naturaleza tribal, sectaria y multiétnica de Irak, que en ausencia de una dictadura … haría que … entrara en colapso y se convirtiera en un `Estado fallido´, con un aumento rampante del poder de los señores de la guerra, los feudos étnicos y religiosos y la acogida a las organizaciones terroristas” (Mneimneh, 2004).
[28] Citado por Alvaro Cepeda Neri (2004) “Gore Vidal: un escritor de la República” [en línea] http://transicionmexicana.com.mx/index .php ?option=content&task=view &id=618&Itemid=31 (01/02/2207)
[29] También denominado “globalismo”, “sociedad mundial”, o “pluralismo”.
[30] Vid. además: José Pascual Mora García (2005) “Globalización y Glocalización frente al debate postmoderno” En: Dikaiosyne Año VIII. Nº 14 enero - junio, 2005; Vilma Petrash (s/f) “De lo internacional a lo global” [en línea] http://www.iaeal.usb.ve/91/91-6.pdf; Roland Robertson (2000) “Glocalización: Tiempo-espacio y homogeneidad-heterogeneidad” En: Zona Abierta 92-93.
[31] Para ampliar, vid. M. F. Moller Undurraga (2003) “La responsabilidad de proteger” En: Revista Marina 3-2003. Santiago de Chile.
[32] En este orden de ideas, “el pensador francés Raymond Aron llamó a los Estados Unidos “república imperial” argumentando que si bien en lo interno continúa siendo república, reconociendo como tal la división de las funciones del poder y los derechos de los ciudadanos; en lo externo extienden su dominio más allá de sus fronteras a través de su poderío militar”. Cfr. N. Oddone, y L. Granato (2003). “Siglo XXI: El dilema de Tucídides”. Enfoques/El Eco de Tandil, 11/12/2003. p. 23.
[33] Keohane y Nye (1988) identifican tres tipos: interestatales, transgubernamentales y transnacionales.
[34] Elaborado por la Universidad de Maryland (EUA).

No hay comentarios.:

Imágenes de Alberti

Imágenes de Alberti
Vistas de Alberti

Parroquia San Bovio

Parroquia San Bovio
Parrochia di San Bovio